No se si serán la élite o no, pero a finales de Octubre tuve la suerte de pescar con algunas de las mejores cañas del país… Y como estuvimos con la coña de la élite toda la semana, he decidido titular: «pescando con la élite» este artículo. El viaje comenzó a finales de verano con un: «Oye Fabra, me voy a coger la última semana de Octubre de vacas a ver si sale alguna burra por Extremadura, ¿te quieres venir?» y Alex Fabra dijo: «Habrá que ir a por los tresmiles», y ahí empezó todo…
Organizando la excursión
No volvimos a hablar del tema en semanas y cuando se acercó la fecha el grupo creció: Jonathan Villén (el Joma) y Javi Zarza (el niño de los tresmiles) se apuntaron a la expedición, y yo encantado de la vida de compartir unas jornadas con ellos. También tuvimos la suerte de compartir algún día con Manute, Castilla, Adri y Mario Asensio. Me siento un privilegiado por poder pescar en estos escenarios y en tan buena compañía.
La cosa empezó como no podía ser de otra manera, con cervezas, raciones, historias de pesca… y un buen madrugón al día siguiente, para empezar la excursión «descansaditos», como mandan los cánones.
1ª jornada, pescando con la élite
El primer día empezamos en Sierra Brava, embalse en el que Zarza y un servidor habíamos tenido muy buenas jornadas las semanas anteriores… Empezó la mañana y las picadas se sucedían sin cesar, la pena es que la mayoría eran de lucio y picaban muy poco decididos así que apenas pudimos clavar un par de ellos. Siguió avanzando la jornada y los verdes apenas hacían acto de presencia, y cuando lo hacían o no picaban o lo hacían muy tímidamente… Finalmente a mediodía, en una punta Fabra pudo hacerse con un muy buen pez, el que a la postre sería el más grande del viaje. Una pena que estuviera tan delgado, porque en condiciones normales ese pez habría pasado seguramente la barrera de los 3 kg.
Seguimos pescando y, salvo lucios y luciopercas que de vez en cuando nos daban algún susto, los verdes siguieron poniéndonoslo difícil. Un poco antes de comer pudimos hacernos con un bassete bonito que picó a un paseante después de una larga parada. Llegó el momento de comer con los cacereños y echar la tarde juntos, más centrados en charlar y pasar un buen rato que en intentar pescar al 100%, pues los peces lo estaban poniendo realmente difícil.
La expedición continua…
El segundo día decidimos ir a Orellana, donde tuvimos escasos resultados igual que el día anterior, pero aprendiendo mucho también. Me estoy iniciando en la pesca con swimbaits y poder pescar al lado de grandes expertos en la materia fue muy enriquecedor, aunque los peces no acompañaran. Pudo salir un 3000, si hubiera sonado la flauta incluso 2, pero no se dejaron hacer o se soltaron. Jueves y viernes volvimos a Sierra Brava con resultados un poco mejores, aunque tampoco para tirar cohetes… y el sábado tuvimos la suerte de poder echar una jornada en barco con el gran Mario Asensio.
Otra jornada más de aprendizaje en la que pudimos sufrir en nuestras carnes una jornada dura típica de Orellana. Tocamos varios de los mejores puntos del pantano, atacandolos con diferentes técnicas y presentaciones pero los peces se mostraron muy reacios y esquivos. Apenas vimos actividad y la mayoría de las picadas una vez más fueron de lucios y luciopercas.
La verdad que las condiciones apenas acompañaron durante toda la semana: frente frío, muy poco viento, días por lo general bastante despejados… Excelentes días de campo que por desgracia en estas fechas suelen ser malos para la pesca.
Últimos cartuchos, pescando con la élite
Llegó el domingo y el último día de pesca con Fabra y Joma. Volvimos a Sierra para acabar donde empezamos. La tónica siguió siendo la habitual, escasas picadas, la mayoría de ellas más provocadas por nuestras presentaciones que porque los peces estuvieran comiendo… A última hora cuando Zarza y Joma estaban casi llegando al coche Fabra y yo decidimos quedarnos en una pequeña recula en la cual tuvimos un buen pero breve pico de actividad. Quizás el único de la semana en el cual pudimos ver incluso varios ataques a alburnos. Aun así los peces no estaban muy por la labor y sólo pudimos hacernos con un buen bass y unos cuantos lucios.
Probablemente nos equivocamos de zona en alguna jornada, pues decidimos tocar zonas en las que sabíamos había peces de calidad pero que estaban muy muy presionadas y quizás deberíamos haber probado otras… Nunca lo sabremos a ciencia cierta, pero aquí está lo bonito de la pesca. Acumular experiencias, aprendizajes, compartir con grandes pescadores y sobre todo excelentes personas. No concibo la pesca sin ese buen ambiente de buen rollo y camaradería que nos rodeó todo el viaje. Personalmente prefiero pescar sólo a pescar con un «pro» con el cual no tenga feeling y pueda disfrutar plenamente…
Y la traca final
Y llegó el lunes, Fabra y Joma cargaron la furgoneta y se pusieron en marcha rumbo a sus respectivos hogares. Zarza y yo, como no teníamos nada mejor que hacer, nos fuimos a echar la tarde a Sierra con nuestros amigos cacereños. Despues de unas buenas viandas (pescar no pescaremos pero comer…) decidimos dividir el grupo y tocar 2 zonas diferentes para incrementar las posibilidades de éxito.
Pero cuando no están, no están (o no supimos encontrarlos) y tan sólo pudimos hacernos con un black bass para acabar el viaje. Ahora toca reflexión, intentar aprender de los errores cometidos y poner en práctica todo lo aprendido para intentar enfocar mejor las futuras salidas. Nunca dejaremos de aprender, y cuando te juntas con pescadores con la experiencia, la habilidad técnica y la capacidad de leer el agua como los que tuve la suerte de acompañar… Te das cuenta de que te queda mucho más de lo que pensabas.
Espero que nos volvamos a ver pronto en el agua amigos, fue un verdadero placer compartir estos días pescando con la élite. ¡Salud y buena pesca!